Si a pesar de toda la información que tenemos sobre el consumo de carne no queremos renunciar a ella, debemos tener en cuenta que siempre debemos acompañarla de VEGETALES CRUDOS, por los siguientes motivos:
- La carne de vaca es más difícil de digerir que otros alimentos, debido a su alto contenido en proteínas y grasa, requiere más masticación en la boca, más ácido y enzimas del páncreas. Las carnes magras, como pollo y pescado, son más fáciles de digerir debido a su menor contenido de grasa. Estas proteínas requieren un medio ácido para su digestión, mientras que los almidones, por el contrario, lo necesitan alcalino. Si comemos un alimento proteico como la carne junto con un almidón como la patata, se vierte enseguida un jugo gástrico para digerir la proteína, y, debido a esa acidez, la digestión del almidón queda inhibida de forma inmediata. La ptialina (enzima que actúa sobre la digestión de los almidones) no puede actuar y surge la mala digestión.
- Favorece el estreñimiento al carecer de fibra. Las heces serán más secas y duras.
- Al metabolizar la carne se producen una serie de residuos ácidos que nuestro organismo intentará eliminar.
Acompañar de un variado de vegetales como canónigos, lechugas, zanahoria cruda, tomate, etc. es imprescindible para facilitar la digestión de la proteína en general, siendo especialmente beneficioso con la carne. El gran contenido en vitaminas, minerales, enzimas y fibra de estos alimentos ayudan a la eliminación de toxinas que produce su consumo y conseguirá que su digestión sea más rápida y limpia.
La proporción entre vegetales y carne en el plato, debe ser inversa a como se consume en la mayoría de los casos, es decir, 3/4 del plato debe ser una ensalada, 1/4 de carne.
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