¿GRAN PREGUNTA VERDAD?
Estando estudiando naturopatía el profesor que nos impartía la clase de fitoterapia, nos llevó a la escuela a Juan Luis Arsuaga paleoantropólogo español que recibió en 1997 el premio Príncipe de Asturias por sus hallazgos en Atapuerca (Burgos), donde descubrieron fósiles de los europeos más antiguos hasta ahora conocidos.
El descubrimiento de estos yacimientos ha servido para posteriores investigaciones y conclusiones del origen del hombre del cual procedemos.
Los investigadores de Atapuerca compararon las marcas de corte y fracturas de los huesos de estos homínidos para el consumo del tuétano (sustancia blanca en el interior de los huesos) con las localizadas en otros animales. Entre otras cosas encontraron fósiles que demuestran que el hombre de Atapuerca practicaba el canibalismo e infanticidio para proteger y defender el territorio. Por lo tanto en nuestros orígenes según estos descubrimientos fuimos carnívoros.
Gran descubrimiento que rompió muchas teorías sobre nuestra procedencia y nuestra forma de alimentarnos como especie y porqué y como hemos evolucionado como seres inteligentes.
Según los descubridores de Atapuerca esta práctica provocó que nuestro cerebro se desarrollara en tamaño y que dedicáramos más tiempo a desarrollar nuestra inteligencia como especie, a pensar en otras cosas y no sólo como alimentarnos para sobrevivir. La explicación es que la digestión de la proteína en general y sobre todo la animal es más lenta y nos permite estar más tiempo sin comer.
Esta teoría choca frontalmente con otras que hablan que el hombre siempre fue vegetariano y que en sus orígenes hasta la agricultura se alimentaba de los frutos y vegetales que le ofrecía la naturaleza y sólo en condiciones de extrema escasez cazaba para comer carne. Rasgos como que no contamos con garras para desgarrar, colmillos afilados o que la cantidad de ácido clorhídrico segregado por nuestro estómago es 2o veces menor que la de un animal carnívoro.
El naturalista francés George Cuvier (1769-1832) es considerado el creador de la anatomía comparada. En uno de sus artículos dice:
“La anatomía comparada nos permite ver que el hombre se parece en todo a los animales frugívoros, y en nada a los carnívoros. La carne muerta sólo es susceptible de ser masticada y digerida por el hombre si se la disfraza y se la hace más tierna con preparativos culinarios; así, la vista de carnes crudas y sangrantes nos produce horror y repugnancia”.
Hemos evolucionado como especie y estas diferentes teorías pueden ser el origen nuestra forma actual de alimentarnos
Yo me formé con profesores que defendían la teoría del vegetarianismo y naturalista francés, nos dieron multitud de argumentos que desaconsejaban el consumo de proteína animal en general.
Después de años y bajo mi propia experiencia en alimentación y medicina natural y aplicando el sentido común que me ha dado mi especie, me lleva a pensar que no está del todo justificado ser vegetariano estricto, aunque si creo debe ser la base de nuestra alimentación. Como especie nunca se ha consumido tanta proteína animal como actualmente. Nuestros abuelos y bisabuelos mataban un cerdo que consumían a lo largo de un año y la base de su dieta era lo que les proporcionaba su huerto.
En cualquier caso entendería más como una elección personal (exceptuando los casos que una enfermedad concreta haga necesario ser vegetariano) y no tanto dirigida por una industria alimentaria que no le importa nada nuestra salud o una clase médica que aunque puede tener formación no lo demuestra en su práctica diaria.
Yo por ejemplo, soy defensora de una dieta basada en alimentación cruda, con grasas vegetales, algas o pescado pequeño, algún cereal y proteína vegetal, sin embargo creo que comer carne de forma puntual no me llevará a la enfermedad, como creen algunos vegetarianos.
Si tengo certeza absoluta que el consumo de proteína animal que se hace actualmente nos enferma a nosotros y el medioambiente. Ya explicaré más adelante porqué.
En mi rutina diaria intento acercarme a la dieta vegetariana, pero si un día me invitan a comer por ejemplo cordero, lo como. Como ser social que soy, creo no debo llevar mi dieta a un extremo que no me permita compartir una comida con amigos que disfrutan comiendo carne. Me aporta más compartir la comida con mis amigos que comer un plato de ensalada. Somos seres emocionales y también nos nutrimos de emociones.
Por último decir, que lo que más me impactó de lo que Arsuaga nos transmitió en aquella charla en la escuela fue la afirmación:
“EN NUESTRA HISTORIA COMO ESPECIE, DISPONEMOS DE LA MAYOR VARIEDAD Y CANTIDAD DE ALIMENTOS QUE NUNCA HEMOS TENIDO, SIN EMBARGO NO HEMOS ESTADO PEOR ALIMENTADOS Y ALEJADOS DE NUESTRAS AUTÉNTICAS NECESIDADES NUTRICIONALES COMO ACTUALMENTE.
No tengo ninguna duda sobre esta teoría. La comparto y confío os haga reflexionar a vosotros y os lleve a investigar y experimentar, para llegar a vuestras propias conclusiones.
Muy interesante lo que escribes. Ojalá nos haga reflexionar a muchos.
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Muy interesante. Y estoy totamente de acuerdo, pero también creo que se va despertando cada vez mas conciencia en tener una alimentación sana, afortundamente.
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Muchas gracias tus comentarios me animan
mucho a seguir con el blog
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